Vuelvo un poco a mis orígenes y retomo el drama de la publicidad y el consumo.
Mi capacidad de asombro está intacta, incluso después de recoger para vosotros esta colección de productos que no dan para un “capítulo” entero pero que merecen un mínimo de atención. Son productos que contribuyen a hacerme pensar una vez más que “el ser humano es extraordinario” (Aquarius dixit):
Productos de ida y vuelta: Cuando nació Trinaranjus su ventaja era que no tenía burbujas, se vendía como un producto bastante natural que no necesitaba las burbujas para nada. Fanta tenía la ventaja contraria, que consistía precisamente en tener esa alegría que te dan las chispeantes burbujas. Con el paso del tiempo evolucionaron en contra de sus propios principios morales. Trinaranjus aportó la dosis justa de gas a sus refrescos y Fanta sacó una línea con menos gas y menos calorías y menos de todo. Actualmente ambas han vuelto al redil y Trinaranjus vuelve a ofrecer como buque insignia su bebida sin burbujas de las que hoy vuelve a hacer gala su competidora Fanta.
Productos universales que no lo son tanto: En el lado de los productos de limpieza, existen los productos universales. A veces, cuando un producto de limpieza nace, lo hace con el objetivo de dar cobertura a las necesidades de toda la casa: suelos de baños y cocinas, parquets y mármoles, aceros y cerámicas…pero de repente, no se sabe cómo, empiezan a salirle hermanos más específicos. Es el caso de Mr. Proper que por principio ahora se llama Don Limpio (cántese). Don Limpio tiene sus versiones “Desengrasante Cocina”, “Gel Limpiador Cocina”, “Don Limpio Baño” y etc., pero de inicio era capaz él solo de limpiar toda la casa. En los últimos tiempos su publicidad es justo la contraria “porque no limpiaría el parqué con lo mismo que quitaría la grasa del garaje”. Hay algo que no me cuadra. O nos estaban engañando antes y no estábamos limpiando bien toda la casa o nos engañan ahora y realmente te va a dar igual fregar el parquet del salón con el “Don Limpio Baño” que con el “Don Limpio frescor azul”.
Agujeros: Los Agujeros de Filipinos (con perdón) existen y además en dos variedades, como no podía ser menos: blancos y de chocolate negro. ¡La riqueza de la creación humana es infinita! ¿o no?. Me gustaría saber cómo es el proceso de producción: ¿hacen primero el filipino entero sin bañarlo en chocolate, le sacan el centro que se convierte en agujero y luego bañan ambas partes en el chocolate que toque?, ¿o se fabrican por separado el rosquito y la bolita?. He leído de la aguda pluma de una consumidora de Agujeros de Filipinos, que se le ocurrió coger un agujero e intentar hacerlo encajar en un rosquito Filipino. No, no encajaba pero maneja la siguiente hipótesis: “Es probable que si quitas el chocolate que rodea a ambas piezas, éstas encajen perfectamente entre sí”. Lo que demuestra que el baño de chocolate se hace una vez separadas las piezas y que la gente dedica su tiempo a actividades increíbles.
Donuts: Lo crean o no, hay una profusa literatura sobre este bollito (con perdón). Sepan que según algunos historiadores, en el albor de los tiempos, los Donuts no tenían agujero pero parece ser que en su fritura, la zona central no quedaba adecuadamente cocida. La solución a este problema fue hacerle un agujero. Desde entonces en España como mínimo, lo habitual era el Donuts con agujero, pero ahora como resultado del increíble progreso de la humanidad, se comercializa el Donuts sin agujero. A mí me parece muy bien, porque de esta forma nada se desperdicia. Aunque visto lo visto, también podían venderse los agujeros de Donuts por separado ¿no?.
Paradojas: Coca Cola en uno de sus últimos anuncios hacía un recorrido histórico de su botella y de su producto (no menciona la Cherry Coke que creo que la siguen produciendo sólo porque la bebe Warren Buffet).
No creo que haya nadie en el planeta que cuando piense en esta bebida la identifique con algo natural. Bueno, pues los creativos de la empresa decidieron darle este matiz. En la creación de la fórmula de Coca Cola, desde sus orígenes y hasta ahora, lo que se pone son especias 100% naturales, que las iba a buscar personalmente, el inventor de dicho refresco, al puerto de Savannah. Tenemos nuevo eslogan “Sin conservantes añadidos ni colorantes”*. Vamos, cien por cien natural. Ahí queda eso. En breve el pediatra te preguntará si ya has introducido la Coca Cola en la dieta de tu bebé, después de haber empezado con los alimentos con gluten y nunca antes.
* Este eslogan se merecería un estudio en profundidad porque lo de sin conservantes añadidos deja la puerta abierta a conservantes que ya estuviesen ahí de antemano ¿o cómo va esto?
Incompatibilidad: Las diversas propiedades con las que se dota a los distintos productos, pueden ponerle a uno en un auténtico aprieto a la hora de elegir. Cuando uno elige una cosa está renunciado a otras, eso es así…Yo personalmente, sufro mucho cuando tengo que elegir un lavavajillas. La variedad es amplísima en cuanto a olores (naranja, lavanda…), colores (verde, amarillo, naranja, azul…), texturas (normal, espuma…), tamaños y tipos de dosificador, pero lo que me genera más ansiedad es tener que decidir si protejo mis manos (dermo) o si mato bacterias (antibacterias). ¿De verdad no se podría hacer uno que tuviese ambas virtudes?.
Productos absurdos; Terreno abonado y caldo de cultivo para los ambientadores:
Desde el nacimiento del nuevo “Brise aceites aromáticos” uno se pregunta (y lo preguntan en el anuncio literalmente): ¿Por qué seguir utilizando velas aromatizadas?. En mi opinión, no tiene lógica usar velas con olor habiendo como hay, “Brise aceites aromáticos”. No hay color. Se trata de un recipiente de cristal, con una especie de cera, que deben ser los aceites aromáticos solidificados y una mecha. Tú enciendes la mecha, la cera se derrite, se convierte en aceite, suelta su tufillo y ¡oh! ¡sorpresa! cuando el aceite se acaba la mecha se apaga.
Os reto como en los periódicos, a que encuentren las siete diferencias entre “Brise aceites aromáticos” y las velas con olor.
Otro: “Ya no necesitas cambiar de coche para cambiar de aroma”. En el anuncio se ve gente que pasa de un coche a otro aprovechando el semáforo, porque resulta que están aburridos del olor de su ambientador de coche y NECESITAN cambiar de olor. Pues nada, no hay que preocuparse, algún lumbreras ha creado un ambientador para coche (ya lo había para casa) que varía el aroma que desprende cada cierto tiempo.
Corregidme si me equivoco, pero la variación de aromas en el coche ha existido desde siempre: pasas por un campillo con vacas: boñiga, pasas cerca de una empresa papelera: te quieres morir, tu hijo vomita: petitsuisse de plátano y fresa, llevas a tu perro con sus células bien protegidas y su aerofagia: pues aerofagias y así sucesivamente…y cuanto más largo el trayecto, pues más variación.
Y por útlimo, antes de mi cita semanal con el psicoanalista: “Ambipur puress con antialérgenos y olvídate de los ácaros”. Madre mía, como está el patio…Y mi amigo Joseba se pregunta: ¿Para cuando un ambientador para zurdos?, ¿para cuando un ambientador para daltónicos, disléxicos y familias monoparentales?. Estas discriminaciones sólo contribuyen a aumentar la crispación. Creemos ya un espacio para el diálogo y unos talleres itinerantes para dar a conocer esta problemática. ¡Dotemos a esta chorrada de un bonito presupuesto!.