martes, 21 de abril de 2009

LAS AGUAS




HE ROTO AGUAS (es que me pongo a parir).


Parte I: Aguas de baja mineralización

Intentando ser coherente con mis ideas sobre consumo, hace dos meses llevé a arreglar mi plancha Bosch de ochenta y pico euros que todavía no ha cumplido los dos años. La broma me ha salido por cuarenta euros y tres salidas en horario laboral para llevar, intentar recoger y recoger definitivamente mi pequeño electrodoméstico. Han tardado dos meses en sanármela.
Cuando ya la tuve en mi poder pregunté: “Doctor, ¿a qué se deben los padecimientos de mi plancha?”. Y me contestaron a la gallega: “¿Qué tipo de agua le pone usted?”. “Pues destilada ¿cuál si no?”. “¿Destilada?” Preguntó la dependienta escandalizada por la aberración. “Pues sí, destilada. Como el agua de Barcelona es tan dura y en la tele advierten de los riesgos de la cal…”.”No, no, de destilada nada, monada, aquí lo que se tercia es agua mineral de baja mineralización*, como por ejemplo: la Bezoya, Lanjarón o Solares”. Ajá…
Fui a Caprabo/Eroski, llegué a la sección de aguas. Busqué las marcas recomendadas como agua de mayo, pero ninguna de ellas estaba en las estanterías. Habría una docena de marcas en diferentes tamaños y modalidades de envase (Viladrau, Aquarel, Ribes, Font Vella, Solán de Cabras…, cinco litros, litro, litro y medio, medio litro, tercio de litro; con pitorro, con tapón tradicional…).
Me puse a leer las etiquetas en busca de la frasecita “agua mineral de baja mineralización”, pero no, no encontré el mensaje en ninguna de las marcas.
Un reponedor al verme desorientada me preguntó que qué necesitaba y le dije que agua para la plancha. “Pues coja usted agua destilada” y yo desde el respeto le espeté: “No, no, de destilada nada, monada, lo que aquí hace falta es agua mineral de baja mineralización”. Reflexionó y sugirió desde la admiración: “Viladrau, Viladrau es baja en mineralización”. Así que cargué el bidón de cinco litros y me fui para casa con mi plancha.
Unos días después descubrí a mi marido vertiendo el agua Viladrau de baja mineralización en las botellitas de los niños. Grité, hice aspavientos, sombras chinescas y mi marido bloqueado…”No, no pongas esa agua para los niños, esa agua es de la plancha, los niños tienen la Aquarel…y la del grifo".
Hombres…
Mi sorpresa llegó cuando revisando la etiqueta pude comprobar que no sólo no aparece por ningún lado la leyenda de la baja mineralización, sino que además te advierten: “Una vez abierto el envase, consumir en el plazo de cuatro días. No deposite el recipiente directamente sobre el suelo y manténgalo alejado de la luz”. ¿Mi plancha tiene que trincarse cinco litros de agua en cuatro días y a oscuras?.
Debería haber comprado agua Bezoya, al menos me daría para hacer bonitas rimas.





*Nota de la revista Eroski Consumer: "Las aguas de mineralización más baja son las más adecuadas en general para los ancianos, las personas con cálculos renales, quienes padecen hipertensión arterial severa o retención de líquidos, para los bebés" y para las planchas, proclamo.



Parte II: Aguas Gourmet, no preguntéis precios.

Cuando uno ya no sabe qué más hacer con su vida y los microenemas ya no dan más de sí, hay que buscarse nuevas alternativas. A los clásicos cursos de cata de vinos ahora sumamos la cata de aguas.
Ya en el año 1999 en el restaurante de Juan Mari Arzak, pude ver a una pareja de franceses (con perdón) acompañando cada plato con una botella de agua diferente. Prefiero no detallar el ritual…porque me rebrota el herpes labial.
Apunto aquí una breve selección de aguas minerales con sus características fundamentales*, no sin antes recoger algunas frasecitas más o menos manidas sobre el agua:

El agua es un bien de primera necesidad.
El agua es un recurso escaso.
Las guerras del siglo XXI serán “Guerras del Agua”.
La solidaridad con los Barceloneses ante el problema del agua ha quedado patente.

El agua es un líquido incoloro, inoloro e insípido.
Somos un 70% agua.

Agua Panna - Italia: se encuentra en los Apeninos, en la pendiente del Monte Gazzarro a 1.125 metros de altitud”. Es el agua que consumen habitualmente Marco y Amedio, su madre no, porque ahora está en Argentina.

Agua Cloud Juice - Tasmania: ¡9.750 gotas de agua pura de lluvia!”. La empresa que la comercializa tiene contratados a Taz The Devil y a sus amigos para que comprueben que efectivamente hay 9.750 gotas, ni más ni menos. Las botellas que incumplen este requisito se destruyen en la incineradora de Badalona contribuyendo a la contaminación atmosférica; por eso en Badalona no se envasa agua de lluvia.

Agua FIJI - islas Fiji: El agua más pura del planeta. Se embotella directamente desde un profundo acuífero debajo de isla de Viti Levu”. Esta sí que tiene que ser incolora, insípida e indolora, excepto para el bolsillo.

Agua Lauquen .750 ml- Argentina: de Patagonia. Esta particular agua fluye desde los puros hielos de las montañas de los Andes.” Es el agua que echa en su plancha la mamá de Marco.

Agua Voss de los fiordos noruegos, Hildon el agua de la Familia Real Inglesa, 420 Volcanic Water de Nueva Zelanda, Finé de Japón, agua Llanllyr de Gales, San Pellegrino de los Alpes…y un largo etcétera. (No menciono Evian que a estas alturas se debe estar usando para fregar los suelos de la pasarela Cibeles)




*Os invito a que echéis un vistazo en la siguiente página web:
http://www.sal-pimienta.com y seleccionad “Aguas del Mundo”.



Parte III: Aguas Refresco


Y ya, lo último de lo último: las aguas de sabores. En el extranjero hace ya tiempo que se consumen y a España de forma oficial y comercial han llegado hace relativamente poco. En este país, su versión castiza, antigua como pinchar ranas con un palo, quemar lagartijas con alcohol, o gatos con “3 en 1” y mechero, ha existido desde que existe el pica-pica. La fórmula es sencilla:

agua + pica-pica de fresa = agua sabor fresa

Las marcas emblemáticas que producen y comercializan aguas de sabores en España son: Aquarel de Nestlé y Font Vella de Font Vella, digo yo.
Atención a las especialidades:
Aquarel Fruity: Limón, manzana y Piña & cactus (¿?)
Font Vella Sensación: Manzana, naranja-melocotón, limón y ¡mandarina! (lo pongo con exclamaciones porque “ellos” lo ponen así, como sorprendidos “ellos” mismos). ¡Ah! y Font Vella Junior Fresa.

En principio se trata de refrescos saludables y ligeros. Lo que no termino de ver es lo de que sean naturales, porque claro, el agua natural no sabe ni a fresa ni a limón, ni mucho menos a piña con cactus. El agua natural sabe a volcanes y a lluvia de las Antípodas y el hecho de que aparezcan en la lista de ingredientes cosas como: acidulante, ácido cítrico, conservantes E-242, E-211, acesulfano y sucralosa…No sé, a mí me resulta paradójico. Pero es que yo soy muy quisquillosa.

Tanta tontería, tanta tontería...me tenéis hartita, hartita me tenéis.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lo suscribo...tanta tontería...me tenéis hartita, hartita me tenéis...he ojeado el link del gourmet y flipo con el todas las definiciones de esas aguas, pero me parece lo más su precio!!!!...realmente deben hacer milagros en el organismo...incluso es posible que me lleguen a quitar "el hartita me tenéis"...qué lástima!!pues los envases de algunas los encuentro encantadores,,,pero ¿qué valoro: el envase, las propiedades del agua, el lugar de orígen...?¿sus propiedades?...ay qué dolor! ay! qué pena! dichosa publicidad, dichoso consumo y la necesidad de hidratarte!!!así que olé, olé y olé!!!Cómo me gusta el agua que sale de mi grifo con un montón de propiedades aunque aún estén por determinar y no la sirva envasada en una glamurosa y fantástica botella customizada con lentejuelas, o lo qué sea!!

Francisco de Paula dijo...

Amaya. Ayer vi un anuncio en la tele, de AQUA BONA. Decía el narrador "respetamos el agua porque el agua nos respeta a nosotros". Repugnante afirmación.
Primero: El agua no tiene capacidad de respetar o no respetar nada.
Segundo: ¿Respetó el agua del tsunami de Indonesia a los miles de muertos?
Tercero: La respetamos porque ella nos respeta... Vaya, que solamente hemos de respetar cuando antes nos han respetado. Vamos, ojo por ojo y diente por diente... ¡Que asco!